En tiempos de crisis como los que corren y en los que llevamos unos cuantos años ya,
parece haberse puesto de moda apuntarse al carro del software libre; por la sencilla razón de que es gratuito.
Buena parte de culpa en este auge del software libre la están teniendo las administraciones públicas,
que en un bonito gesto ante tanto despilfarro, intentan ahora ahorrar de donde pueden, eliminando de sus gastos la renovación de licencias de Microsoft.
Como medida de ahorro parece ser una buena idea pero,
¿Qué hay detrás de esta maniobra?
Parece un intento desesperado de hacer ver que los políticos también saben apretarse el cinturón y gestionan bien el dinero público, no malgastando donde no deben.
Pero no se cuenta en ningún sitio qué coste tiene este cambio ni tampoco qué subvención se recibe por adoptar dicha reforma.
¿Qué pasa que si no hay subvención europea nadie adopta esta medida?
Parece que no, en este país si no está bien patrocinado, nadie hace nada por amor al arte, ni siquiera por ahorrar.
Por otra parte, y teniendo en cuenta que Linux ya de por sí es gratuito,
¿Qué necesidad hay de coger un producto gratuito y gastar en él tiempo y dinero para crear otro producto gratuito?
Casi todas las Comunidades Autónomas tienen su propio sistema operativo, derivado de Ubuntu (derivado a su vez de Debian).
Tras un lavado de cara corporativo, nos presentan todas estas distribuciones como sistemas operativos únicos y propios (y distintos),
que ponen a sus Comunidades a la vanguardia de la tecnología.
Puedo constatar que en el caso de Guadalinex el lavado de cara ha servido para dejarlo muy bonito, pero errático, y por tanto inservible...
Espero que otras distribuciones no hayan tenido el mismo fin, pero me temo lo peor...
¿No se ahorraría aún más si directamente se usa Ubuntu (o Debian, o la distribución que nos parezca) en lugar de gastar modificándolo?
Extremadura parece haberse dado cuenta de ello, tras comprobarlo a posteriori...
Por útlimo, metidos ya en ahorro, con perspectiva, y aportando algo de sentido común,
¿No sería más sensato que todas las administraciones públicas del país unificaran criterio adoptando el mismo sistema operativo gratuito?
Si estamos dispuestos a ser libres (informáticamente hablando), hagamoslo bien, y hagamoslo completamente;
sustituyamos los productos Microsoft y evitemos pagar sus licencias utilizando productos gratuitos ya existentes (a elegir entre miles de distribuciones Linux),
invirtiendo el menor gasto posible de tiempo y dinero en el proceso de conversión de una tecnología a otra.
Cualquier otra cosa, bajo mi punto de vista, es un despilfarro más;
y en este caso concreto, encubierto.
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